Hola de nuevo compañeros, damos la bienvenida al otoño con una entrevista a nuestro estimado Javier Herreros. Cuando se lo propusimos, sin pensárselo dos veces dijo “sí quiero”, siendo fiel de esta forma, a su comportamiento con UPSJ desde el primer día en que se afilió. Desde ese mismo día, Javier ha dedicado parte de su tiempo a cumplir con un gran compromiso labores propias de UPSJ y de nuestro colectivo, y ha desempeñado diferentes cargos de magnitud dentro de nuestra organización.

JAVIER

Vallisoletano y afincado en Madrid, desde el primer momento que le escuchas hablar te das cuenta de que Javier es una compañero generoso, humilde, sencillo, honesto, leal y con una gran formación técnico-jurídica. Siempre esta dispuesto para tenderte la mano si necesitas su ayuda, y sin pedir nada a cambio. Además, Javier reúne todas aquellas aptitudes y cualidades que representan a UPSJ. No se descubre nada si se destaca que le encanta leer, aunque muy a su pesar se encuentra en un periodo en el que no tiene todo el tiempo que le gustaría dedicar a esta afición. Al poco tiempo de acceder como integrante del cuerpo superior jurídico de Letrados de la Administración de Justicia se dedicó al orden social. En este orden jurisdiccional es donde nuestro compañero ha desarrollado casi toda su carrera. Esta rama jurídica es una materia, de la cual Javier sin duda es especialista como técnico en derecho.

Nuestro compañero es un hombre perfeccionista, con una gran capacidad de trabajo y de grandes ideas, que ha afrontado con solvencia sus retos personales. Siempre es un placer escucharle y hablar con él, ya que hace unas reflexiones muy interesantes, por eso no debéis dejar de leer esta entrevista hasta el final.

– Hace ya muchos años que perteneces a la familia de UPSJ. ¿En qué ha cambiado la asociación desde que estas en ella? ¿Has echado algo en falta durante estos años?

Pertenezco a UPSJ desde 1994, apenas dos años después de tomar posesión de mi primer destino. En mi opinión es obvio que la Asociación ha cambiado de la misma manera que ha cambiado nuestra forma de comunicarnos. Al principio no había otra forma de comunicación que el correo postal y las reuniones periódicas del Secretariado y de la Permanente. Hoy, afortunadamente nuestra comunicación es mucho más ágil y rápida a través de la pagina Web, las redes sociales, los correos electrónicos. No tiene nada que ver. Cualquier compañero nuestro puede participar, expresar sus opiniones y trabajar en los órganos de la Asociación, sin la necesidad de los desplazamientos múltiples de otros tiempos; lo que supone también una economía de costes para la Asociación.

Lo que he echado en falta siempre es un mayor compromiso de los compañeros en la actividad asociativa. Todos tenemos una vida personal, que puede ser más o menos complicada, pero creo que eso no es disculpa para no implicarse de alguna manera en la actividad asociativa. Al final la vida de la Asociación no depende tanto del número de afiliados como del nivel de compromiso de todos o de la mayor parte. Si hay compromiso hay actividad y la Asociación se mantiene viva, de lo contrario el letargo es evidente y termina pasando factura a todo el colectivo; por esa razón nunca debemos dejar de agradecer a los compañeros que están en los órganos de UPJS su actividad y su trabajo, para que sepan que detrás de ellos estamos todos no de manera testimonial sino dispuestos a colaborar si hace falta.

– ¿Como percibes la situación actual del cuerpo de Letrados de la Administración de Justicia? ¿Estamos mejor o peor que cuando entraste a forma parte del cuerpo? ¿Qué valoración haces de nuestras condiciones de trabajo?

Nuestra situación actual es compleja, porque nos corresponde trabajar en una etapa plena de transición hasta la plena tecnificación de la actividad procesal. Estamos ya trabajando con la tecnología que está implantada plenamente en la sociedad, pero sin que esa tecnología haya impregnado apenas nada la mecánica procesal y las leyes hechas y pensadas para otros tiempos y para otra manera de trabajar. Esta transición tiene un coste que pagamos todos los que trabajamos en la Administración de Justicia (por supuesto debemos incluir aquí a los abogados, procuradores, graduados sociales…), porque utilizamos una tecnología para la que no estábamos preparados inicialmente, lo cual nos supone un esfuerzo adicional, y porque el uso que hacemos de esa tecnología con frecuencia es tangencial. Podré un ejemplo claro. Las notificaciones han cambiado, pueden ser plenamente tecnológicas y por tanto rápidas y seguras; sin embargo, si hay dudas o se interponen recursos, volvemos a contar los plazos calendario en mano, como siempre, cuando la tecnología podía plenamente advertir a la parte de manera segura y fehaciente qué día y a qué hora concluye el plazo. De esta manera avanzamos dos pasos con la tecnología y retrocedemos uno porque no la podemos usar en toda su plenitud.

– A tu juicio, ¿qué medidas podrían adoptarse para conseguir por parte de los poderes públicos que mejoren nuestras condiciones laborales y profesionales?

Tenemos que ser conscientes que nuestra empleadora es la Administración Pública y que nuestra actividad es ejercicio de una función pública. Nunca debemos olvidar el aspecto de Servicio Público que tiene nuestro trabajo. Así las reivindicaciones laborales son justas cuando evolucionan en la medida de retribuir justamente un esfuerzo profesional, y lo que me parece a mí más importante, el reconocimiento de un compromiso que no acabó el día que ingresamos cada uno en nuestro cuerpo o carrera. Ese día, evidentemente, desde el punto de vista personal cambió nuestra vida, pero asumimos también un compromiso con una función pública, que nos obliga a estar al día, a avanzar en la medida que lo haga la tecnología y las leyes, y ese es el punto de vista desde el que se puede formular al Ministerio de Justicia, a las Comunidades Autónomas, al CGPJ y a quién sea, cualquier reivindicación salarial, profesional o tecnológica, porque quien deba tomar la decisión de atender o no esas reivindicaciones debe saber que el gasto que implique siempre será rentable, incluso políticamente.

– Las nuevas formas de comunicación han abierto nuevas vías para explicar a los compañeros que significa ser de UPSJ. ¿Qué opinión te merece la actividad de UPSJ en redes sociales? ¿en crees que podemos mejorar?

Creo que la Asociación ha hecho un gran esfuerzo en esta materia. Yo lo viví directamente y sé que ha habido personas sin cuyo trabajo al respecto nos hubiera sido mucho más difícil implantar la tecnología en la actividad asociativa. Hay que tener en cuenta que nosotros no disponemos de dinero para pagar a profesionales que den apoyo tecnológico a la actividad asociativa. Lo hacemos todo nosotros, y eso es algo que debemos valorar, y agradecer su trabajo especialmente a los compañeros que se ocupan de la página Web y de las redes sociales, porque son la punta de lanza de la asociación.

– Hace muchos años que estas en situación de servicios especiales como Letrado del Gabinete Técnico del Tribunal Supremo. ¿Qué significado tiene ser Letrado de Gabinete y que influencia ha tenido en tu trayectoria como técnico en derecho?

El trabajo en el Gabinete Técnico del Tribunal Supremo es realmente interesante, porque es multidisciplinar en todas las Salas. Allí coincidimos los Letrados de la Administración de Justicia con profesores universitarios, jueces y fiscales, jurídicos militares, letrados de la Administración Municipal y funcionarios de otros cuerpos superiores de las Administraciones Públicas. El trabajo es plenamente jurídico, procesal y sustantivo, y es intenso y tremendamente enriquecedor desde el punto de vista personal y profesional. A mí me ha servido para darme cuenta de la importancia que tiene renovar nuestros conocimientos para “estar al día” y que se nos reconozca a los Letrados de la Administración de Justicia el nivel profesional como técnicos del proceso. Sin perjuicio de lo anterior, creo también que no hace falta estar en el Gabinete para dar testimonio profesional de los LAJ y que todos podemos y debemos hacerlo en nuestros destinos, sin dejarnos llevar por la comodidad o la inercia de la rutina diaria.

– ¿Qué destacarías de tu periodo como Letrado de la Administración de justicia y de tu periodo como Letrado de Gabinete técnico?

Los años de destino en órganos judiciales sobre todo tuve claro la necesidad de seguir aprendiendo y de implicarme en el trabajo en el que están comprometidos los derechos y las necesidades de la gente. El justiciable agradece más la atención y la dedicación que el hecho de que se le de la razón finalmente. Fundamentalmente diría que nunca he sido cómodo trabajando, estudié los asuntos tanto como fue necesario en cada caso y en ocasiones se me acumuló el trabajo, pero al final me quedó la satisfacción de haber hecho lo necesario (que por supuesto tampoco es garantía de acierto). También he procurado estar al tanto de las nuevas ideas que ponen sobre la mesa nuestros procesalistas; porque ese es nuestro mundo profesional y la visión práctica que nosotros tenemos y de la que la doctrina procesal a veces carece, se complementan bien, y nosotros no debemos quedarnos al margen de esa evolución legislativa y tecnológica.

La etapa del gabinete está siendo intensa e interesante por el carácter multidisciplinar del Gabinete y me ha reafirmado en la necesidad de reivindicarnos como técnicos del proceso.

– A lo largo de tu carrera has desarrollado tu actividad principalmente en el orden social. ¿Crees que se ha instrumentalizado esta rama del derecho a nivel político? ¿Qué importancia le das a este ámbito del derecho dentro del servicio público?

Llevo en la Jurisdicción Social más de veinte años. Llegué a ella inicialmente sin pretenderlo, al ascender a la segunda categoría y más tarde volví al llegar a Madrid. Creo que es una jurisdicción óptima para un LAJ, donde el secretario ha tenido siempre y tiene un tremendo protagonismo, con manifestaciones claras como la dirección de la ejecución con impulso de oficio, lo que supone una enorme responsabilidad para el trabajo del Letrado de la Administración de Justicia, además de la competencia en materia de conciliación, que ha creado una cultura importante a favor de la intermediación en la Administración de Justicia entre los letrados y graduados sociales y que pivota en torno al Letrado de la Administración de Justicia.

No creo que la jurisdicción social se haya instrumentalizado más que otras, incluso diría que menos, puesto que de ordinario la actividad de los órganos de la jurisdicción social tiene menos trascendencia mediática que otras jurisdicciones como la penal. Sin embargo, el buen funcionamiento de la jurisdicción social tiene enorme importancia porque de alguna manera compromete la paz social que todo país necesita para progresar.

Finalmente debo decir que las demandas y asuntos con los que trabajamos a diario nos hacen especialmente sensibles a las necesidades de la gente en su trabajo, que es como decir en su actividad de subsistencia, o sea la vida misma y eso no puedes obviarlo, porque el justiciable aquí es con frecuencia especialmente vulnerable.

– ¿Por qué motivos después de una trayectoria tan dilatada sigues formando parte de UPSJ?

Yo formé parte del Secretariado de la Asociación durante ocho años y no puedo olvidar a todos los compañeros con los que en aquella etapa compartí afanes, actividad, ilusión y trabajo en el secretariado y la Permanente. Ese compromiso que adquieres especialmente cuando estás en los órganos de la Asociación ya no se pierde nunca, porque sabes que las necesidades siguen presentes y la actividad continúa y que es necesaria la aportación de todos. Así lo sigo sintiendo y animo a cuantos compañeros conozco y con los que hablo, para que den ese paso de colaboración directa en la Asociación, con la seguridad de que no se van a arrepentir de haberlo hecho.

– ¿Consideras que existe un verdadero respeto a los Letrados de la Administración de Justicia a todos los niveles?

Creo que el principal respeto es el que debemos tener de nosotros mismos; de creer en lo que hacemos y en la necesidad y utilidad de nuestra actividad. El respeto de los demás, profesionales y justiciables no es más que un reflejo de la seriedad que nosotros transmitimos con nuestro trabajo.

– ¿Qué consejo darías a alguien que está ahora preparando la oposición?

Únicamente que sepa que el esfuerzo que está haciendo merece la pena y que lo que está aprendiendo ahora lo va a necesitar en su día para trabajar y para hacer las cosas bien. Pero también que estos conocimientos no son más que un punto de partida, porque no deberá dejar de aprender nunca, quizá en su día especializarse en una jurisdicción, y sobre todo que va a asumir un compromiso con la sociedad en la que vive, porque eso debe ser la Función Pública.

– ¿Tienes alguna afición que te gustaría confesar a parte de tu pasión por la materia jurídica?

Hace tiempo empecé a interesarme por los libros antiguos, no sólo de materia procesal. Esta actividad me resulta interesante y divertida. Busco obras clásicas, en subastas de libros y en internet y me sorprendo con frecuencia al encontrar que lo que un determinado procesalista decía hace cien años, sigue siendo válido hoy. Esto nos da una perspectiva estupenda para saber lo que somos y a lo que podemos aspirar, partiendo de contemplar el pasado.

– ¿A qué personaje histórico te gustaría entrevistar y por qué?

Sin salir de nuestra actividad por supuesto no dudaría en entrevistar a un procesalista como Piero Calamandrei, por su tremenda dimensión como jurista y como persona y escritor. El tratamiento de la materia procesal como un elemento más de la vida de una sociedad y esa visión de las instituciones jurídicas con una dimensión tremendamente humana me parecen geniales, porque nos reintegra a una materia, el derecho procesal, que sin dejar de ser eminentemente técnica nace y se mantiene en la raíz misma de la sociedad que la sustenta, lo que la hace trascender del carácter estricto de la norma. Además, el propio valor literario de sus escritos debe merecer sin duda nuestra atención. (Ejemplo: “Proceso y democracia” “fe en el derecho” “Inventario de la casa de campo”.

– ¿Qué canción serviría para resumir tu personalidad?

“Le métèque” de Georges Moustaqui. Porque me devuelve a una edad y a una época, la de estudiante, y me sirve para preguntarme qué queda en nosotros de ese tiempo tras los años.

– Por último, ¿si pudieras tener un superpoder cual seria y por qué?

El superpoder de dar la razón a las dos partes en el pleito.

¡Qué más felicidad se puede pedir que la de poder dar gusto a todos!

Javier nos habla de UPSJ en los siguientes términos: Somos una asociación profesional honesta, no corporativa, sino consciente de lo que debemos ser y de las razones por las que defendemos determinadas pretensiones como colectivo profesional.

Para acabar, el cuestionario UPSJ-Somos:

Un lugar en el que perderte:

No me gustaría “perderme”; pero en todo caso, si ha de ocurrir que sea siempre con la mejor compañía.

Una novela:

“Historia de un otoño” de José Jiménez Lozano.

Una película:

Carros de fuego

Una serie:

El origen de La Mafia

Un disco:

Concierto para piano nº 2 de Rachmaninof

Un olor:

El que queda después de la lluvia

Mar o montaña:

Montaña

Un color:

Azul

Tres cosas que más aprecias de una persona:

La voluntad de cambio, la sencillez y la honestidad.

Que suele pensar la gente de ti que no es cierto:

Seguro que lo que puedan pensar de mí será cierto en parte.

Con qué político jamás te llevarías bien:

Con el político profesional. Me parece una perversión del sistema. Desconfiaría de un vecino mío que quisiera ser para siempre presidente de la comunidad de propietarios.

En que época histórica te gustaría vivir si volvieras a nacer:

Soy de buen conformar: me conformo con la que me ha tocado.

Redacción: Enrique Maya.