Ayer tuve el placer de asistir a un Encuentro público con Lorenzo Silva (uno de los escritores más relevantes del panorama literario  español) organizado por CaixaForum Zaragoza, estando el aforo agotado hace varios días.

Mi interés en dicho encuentro estaba focalizado en dos cuestiones, la primera el ser yo  un insaciable lector de novela negra, y esperar con avidez las nuevas historias que escribe  Silva sobre los Guardias Civiles Bevilacqua y Chamorro y los casos a los que enfrentan, con la misma intensidad que espero las de John Connolly y su detective Charlie Parker, o de Ian Rankin respecto a su inspector Jhon Rebus, ( una pequeña concesión a los irredentos de la novela negra…); y sobre todo, sobre todo por la segunda cuestión, por ser Lorenzo Silva un autor no sólo brillante, sino especialmente riguroso con todo los temas que trata, y en especial con un tema que los lectores de esta web dominamos: la Administración de Justicia en general, y los Letrados de la Administración de Justicia en particular.

Lorenzo Silva realizó una exposición muy interesante en la cual relató su trayectoria literaria, desde sus comienzos hasta la actualidad, la misma fue muy enriquecedora,   y aparte de tomar nota sobre varios libros que recomendó entre otros citó Imán de Ramón J. Sender el cual citó como uno de los mejores libros contemporáneos, o Kafka o a la autora premiada con un Nobel Svelatna Aleksievich (en la cual se basan la exitosa serie Chernobyl), terminando con una exposición muy ilustrativa, creo que desconocida para la mayoría, sobre la Guerra de África y su gran incidencia en la Guerra Civil del 36.

En el coloquio posterior intervine para felicitarle por su brillante exposición, y agradecerle yo, como antiguo Secretario Judicial y actualmente LAJ efectuara una  plasmación rigurosa de nuestra labor diaria en sus novelas,  describiendo al Letrado de la Administración de Justicia, como en el Alquimista Impaciente o El lejano país de los estanques, como un profesional cualificado y responsable y que está muy muy alejado de los  lamentables estereotipos del LAJ de ser un servil secretario del Juez, que como tan desafortunadamente han reflejado otros autores como la novelista Dolores Redondo, o  la serie televisiva El Hierro.

 Contestando Lorenzo Silva agradeciendo la felicitación, y manifestando que era un labor fundamental del autor el ser riguroso y que como abogado penalista durante 12 años conocía perfectamente nuestra labor diaria, describiendo con amplitud que era consciente que actualmente nos habían cambiado el nombre profesional  y  que éramos los directores de la oficina judicial, y que en base a ello en una de sus novelas más exitosas -ESPOILER-  el Alquimista Impaciente, había convertido al LAJ en el malo de la obra,  al ser corrompido por un mafioso. Jocosamente también le agradecí que el convertir aun LAJ en el malo del Alquimista Impaciente nos había hecho un  favor al darnos cierta relevancia (tipo Darth Vader en Star Wars o el Jocker en Batman, Je).

También tengo que decir que los más bonito sucedió al finalizar el acto, cuando una señora se me acercó para felicitarme por mi intervención en el coloquio, ya que su anciano padre era una antiguo Secretario Judicial y se hubiera sentido muy orgulloso al escucharme, lo que sinceramente me emocionó.

Para terminar tenemos que poner en valor estas situaciones, ya que lo normal es que suceda lo contrario, es decir que nos ninguneen o falten a la realidad cuando hablan de nosotros; por ello los LAJ cuando sucede lo contrario tenemos que reflejarlo y resaltarlo, recomendando encarecidamente que leáis a Lorenzo Silva, autor reitero riguroso y brillante (y muy ameno).

CARLOS ARTAL FAULO

LETRADO DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

JUZGADO DE 1ª INSTANCIA Nº 17 DE ZARAGOZA