Luis Gómez Loeches

Letrado de la Administración de Justicia

Hoy, 4 de abril de 2022, los miembros del Cuerpo de Letrados de la Administración de Justicia tenemos motivos para la alegría y la esperanza, así como para sentir un optimismo moderado, sin dormirnos en los laureles para seguir trabajando vigilantes y con determinación para alcanzar un acuerdo satisfactorio que ponga fin al conflicto declarado por la UPSJ en noviembre del año pasado ante el incumplimiento de la DA 157 LPGE para 2021.

Con independencia del acuerdo que definitivamente se alcance y que está por venir, sólo con llegar hasta aquí y echar la vista atrás comprobaremos que la situación actual tiene un gran mérito. Esta percepción supone un subidón para nuestra autoestima. Tan bajita a menudo. En este momento es muy importante reflexionar, tomar conciencia, darnos cuenta de lo que hemos sido capaces, de nuestro potencial real y de lo que verdaderamente somos capaces, aunque muchos no creían que fuera posible.

La vida no le lleva a uno a una concreta situación crítica o problemática si no es para darte la oportunidad de aprender algo. Para aprovecharla y evolucionar. Introduciendo cambios en la propia actitud. Si no siembras diferentes no cosechas diferente.

Afiliados y no afiliados a nuestras asociaciones profesionales hemos escuchado a quienes nos animaban a salir de la resignación y la estéril queja de café para hacer frente a una situación muy insatisfactoria. A dejar de lado pensamientos tóxicos y creencias limitantes. Paralizantes.

A parte de los ya asociados, un gran número de compañeros hemos sido capaces de organizarnos y unirnos en la defensa de intereses comunes  Convencidos de la gravedad de la situación, de la justicia y razonabilidad de las reivindicaciones, hemos demostrado compromiso y voluntad de mejorar, secundando las medidas.

Nosotros, tan acostumbrados a sentirnos solos, hemos podido sentir la emoción y el entusiasmo y la sensación confortable de vernos juntos, arropándonos, animándonos entre compañeros en una misión común.

Con distinto nivel de implicación, algunos, sin estar liberados, hemos estado dispuestos a realizar un enorme esfuerzo, compaginando nuestra desbordante labor profesional cotidiana, sacrificando nuestro tiempo personal y familiar, nuestra nómina, trabajando duro en la organización de una movilización y unas medidas de conflicto a las que no estábamos acostumbrados.

Aunque no todos, un gran número de compañeros, hemos participado en la organización y asistiendo a asambleas, levantando actas, recopilando datos, exponiéndolos en un mapa y acudiendo a manifestaciones, colocando carteles, sujetando pancartas, difundiendo comunicados, preparando, asistiendo y dando cuenta de reuniones múltiples.

Relacionándonos con la prensa, informando a compañeros, a las profesiones jurídicas y ciudadanos hemos dado a conocer nuestro conflicto.

Lo conseguido hasta este momento a algunos, los más pesimistas y negativistas, les parecía impensable. Y eso cuando nadie intuía cuestiones como Ucrania, Sáhara, transportistas, etc.

Otros, no se han limitado a quedarse expectantes. Sino que han intentado vías paralelas, han dividido, debilitado, interferido, dificultado y dilatado la evolución del conflicto, sin dicho comportamiento, de seguro que hubiéramos llegado antes a este punto.

Es incuestionable que este momento se hubiera alcanzado mucho antes si todo el colectivo hubiera estado alineado desde un principio en la parte del conflicto que quiso protestar con claridad y en coherencia con el unánime sentimiento de disconformidad con una situación límite a finales de 2021.

Sea como fuere. Se relate como se relate. Nadie que haga más que tú te criticara. Sino quien haga menos que tú. La realidad es neutra. Postureos aparte, en el fondo, cada cual podrá sentirse según lo que vea al mirarse a los ojos frente al espejo. Y el tiempo pondrá a cada cual en su sitio.

Otros, en cambio, hemos buscado la solución donde estaba. Dentro de nosotros. Y nos hemos unido quienes decidimos dejar atrás la pasividad y el pesimismo, empezado a hacer cosas diferentes a las tradicionales, que ha supuesto una evolución, un cambio de paradigma, que sin duda nos traerá una situación futura mejor. Dejando atrás aquella época.

Ahora, después de doce años, toca seguir hacia esa situación mejorable, consolidando avances, sin tiempo que perder, hasta que los compromisos que se alcancen en el acuerdo definitivo que ponga fin al conflicto restauren la paz social, mediante la escucha y la participación efectiva de nuestras asociaciones representativas en la promoción leal del respeto a nuestros derechos y el reconocimiento salarial coherente y proporcionado acorde a la dignidad, relevancia y responsabilidad de nuestras nuevas funciones, se plasmen en el BOE y en las nóminas de modo real y efectivo, pues ello redundará en beneficio del servicio público de Justicia a cuya mejora y modernización dedicamos nuestros esfuerzos.

tribuna libre