Juan Marcos Estaran Peix

Letrado SAC SOCIAL. Barcelona

A propósito de las quejas generales sobre la provisión de personal interino, que ocurre en algunos territorios transferidos, y me parece que casi a nivel general, quien no recuerda, y si no, se lo explico brevemente, de la figura del “pasante” tan bien descrita por Galdós, como ejemplo de la ineficacia, amiguismo y corruptela de la función pública del siglo XIX. Era aquel señor, señoras no había en esa época, que trabajaba en un Ministerio o en un empleo público, cuando su padrino ganaba las elecciones. Cuando las perdía todos a la calle, y, así seguía la rueda. Unos meses comían, y, otros tenían que ir a comer al convento de caridad. Esta situación denunciada ya en los periódicos de la época, motivo, que se iniciara a finales del siglo XIX, un movimiento tendente a estabilizar el empleo público, y se crearan oposiciones para casi todo, y así asegurar las plantillas ministeriales buscando la eficacia del Estado. El ejemplo más palpable fue por ejemplo la instauración de las oposiciones a la Carrera Judicial o de los Secretarios de Juzgados y Tribunales, que dio carpetazo al amiguismo en el nombramiento de cargos sociales. Vino la guerra, la dictadura, la transición y así paso el tiempo, manteniendo en lo básico este sistema de empleo público. Pero todo empezó a torcer y pongo con el estado autonómico. Se diría que se criticaba el centralismo, y, sus males a la postre se han territorializado. Paradojas de la historia. Lo municipal lo dejo aparte, porque poco nos afecta en justicia.

Este cambio como sabemos, llego con la famosa y retorcida sentencia del TC, con lo de la administración de la administración de justicia. Interpretación que años después se ha visto que tenía más interés político, que jurídico, para poder transferir una competencia estatal a las comunidades autónomas, y de paso dar barra libre al amiguismo.

Y a partir de ahí, desde 1995 empezaron las primeras transferencias de personal y medios. Ocurrió lo previsible, es decir que cada autonomía empezó a hacer lo que realmente le dio la gana en materia de personal y medios materiales. En general se implantaron gerencias, que rápidamente nos “liberaron” de las cuentas de material, y se hicieron cargo de la gestión de personal, incluido la contratación de personal interino, y de las bolsas.” La bolsa o la vida” te decían antes cuanto te atracaban, pues casi igual, visto el cumulo de problemas que se plantearon, se plantean, y se plantearan a la hora de nombrar un interino. Unas CCAA funcionan mejor que otras, pero según que CCAA depende del interino que te manden y te chupe en algunos casos la salud y la paciencia.

Hubo además un tiempo lejano que hubo regularidad en la convocatoria de oposiciones y las plazas ofertadas eran generosas, pero como ya sabemos en los últimos años, las plazas ofertadas han sido ridículas, y no han cubierto ni las jubilaciones. Todo parecía que las administraciones implicadas lo arreglarían con empleos temporales. Pero ni eso, y hemos pasado a la queja constante por la falta de personal, y a la improvisación en la dirección de la llamada oficina judicial.

Y es que el sistema falla, y hay que preguntarse el porqué de esta situación. Tal vez la primera clave sea que, con la excusa de la crisis, del coronavirus, o simplemente por la falta de voluntad deliberada de convocar las plazas que se deberían cubrir, se ha entrado en una situación preocupante, pues de seguir estas políticas, la administración puede entrar en una fase de precariedad nunca vista, y a largo plazo peligrosa para la profesionalidad de la misma. Y así , si se mantiene tanto interino se produce una situación irregular, que algo ha mitigado la última sentencia del T.S, con el llamado interino fijo indefinido. Esta situación de escasez de plazas se agravo desde el año 2012, con el argumento de la crisis, optándose por políticas de contención de las convocatorias, que ahora se ve que fue otro gran fraude, pues no se suprimieron organismos y instrucciones de dudosa eficacia como muchos observatorios y instituciones de lo más curioso, que como se ha visto eran agencias de colocación camufladas para amigos. Y el resultado salta a la vista, con una tasa de interinidad, la más alta de Europa, al igual que el paro juvenil. Todo parecía que se arreglaría con empleo temporales, interinares etc. Pero ha sido también tal el desmadre presupuestario, que últimamente ni para interinos dan los presupuestos. Bueno lo único que ha crecido han sido los sueldos de tantos cargos públicos digitales. Tampoco es que los grandes sindicatos se hayan matado en este sentido, se notan demasiado quien los subvenciona, lo conocido vaya. Pero lo desesperante es a esta masa de opositores jóvenes, que están sacrificados, que están estudiando, esforzándose, y se le tiene abandonados a su suerte. ¿Algo va mal en España? Tal vez hemos pasado de un estado central muy controlador, a uno autonómico, muy desmadrado, sobre todo en la creación de empleo público temporal. Ciñéndonos a la administración de justicia, es de pura vergüenza el número de plazas convocadas tanto para Letrados y demás funcionarios. Es que no dan ni para cubrir las jubilaciones, que serán importantes en esta década ¿Qué hay detrás de esta desidia? Empiezo a creer, que lo que hay, es ganas de potenciar el peloteo, y pocas ganas de potenciar la igualdad de oportunidad, que son las oposiciones, y que en el fondo otra forma de corrupción del dinero público, que alguien tendría que investigar. Yo le llamaría la corrupción del empleo público, que vulnera el principio fundamental de la igualdad de oportunidades que garantiza la Constitución. Algo de esto dice la última sentencia de la Sala Tercera del T.S de este año, que ya llama la atención con el fraude que supone el exceso de personal interino.

Ay Galdós si lo vieras.

Barcelona septiembre del 2021

II AÑO DE PANDEMIA

tribuna libre