El despertar de la Fuerza, película de 2015 integrada en el ciclo de Star Wars como episodio VII, nos cuenta el viaje del héroe de Rey, una joven chatarrera con grandes talentos y habilidades pero que sobrevive como puede en el planeta Jakku, sola e intentando pasar desapercibida ante innumerables peligros. Por diversas circunstancias, se ve arrastrada a un conflicto violento contra una organización criminal, la Primera Orden. En un momento determinado de su periplo, al entrar en contacto con el sable de luz de Luke Skywalker, descubre que es sensible a la Fuerza. Poco a poco, irá asumiendo su destino, su fuerza auténtica, su poder y su responsabilidad con la Galaxia, se convertirá en la Jedi que estaba predestinada a ser y será determinante en la derrota final del malvado Emperador Palpatine.

El pasado día 24 de enero, primero de la huelga indefinida de los letrados de la Administración de Justicia (LAJ), fue el día del despertar de la Fuerza de esos funcionarios. No solo porque miles se sumaran a una huelga de apoyo casi unánime. También porque tuvieron el orgullo de manifestarse 900 de ellos por las calles de Madrid. Nunca tantos LAJ habían estado juntos. Nunca tantos LAJ se han reivindicado así y expresado su orgullo por serlo, con cánticos y pancartas. Por primera vez desde que accedieron al Cuerpo, muchos de ellos han sentido la Fuerza, aunque esta ya estaba presente en ellos. No lo sabían hasta ese momento, pero llevaban dentro a un Jedi.

Los LAJ siempre hemos sido un cuerpo discreto, con grandes responsabilidades, pero poco conocido, humilde, algo vergonzoso y acomplejado. Siempre entre dos colectivos mucho más grandes y poderosos, el de los Jueces y el de los funcionarios. Hemos sobrevivido como hemos podido, empleando nuestras energías y talentos en que nuestros juzgados funcionaran, a pesar de la falta de medios, de personal, de apoyo de las administraciones o de sistemas que funcionen de verdad. Con el Imperio mirando para otro lado, solo preocupado de que se produzca algo que trascienda a la opinión pública. En esos casos sí, el Imperio interviene de forma contundente contra el LAJ. Por eso, mejor escondidos. Mejor callados, no vaya a pasar algo. Y cada vez con peores condiciones, más responsabilidades y menos atención.

Esa descripción pertenece al pasado. Es increíble. Hasta a mí me cuesta entenderlo. El LAJ ya no es así. El LAJ ahora ya no tiene nada que ver con el del párrafo anterior. Ha vivido una epifanía. Se ha producido un despertar, una alteración en la Fuerza. El LAJ ha asumido lo que es, y lo ha hecho con orgullo y responsabilidad.

Rey no ha vencido con facilidad al Imperio. Ha necesitado tres largometrajes para ello. Tampoco los LAJ lo tendremos fácil. Pero ya no volveremos a escondernos en la chatarra. Nunca más. Porque somos Jedis.

Juan José Yáñez Pena

Letrado de la Administración de Justicia 

tribuna libre