A+ A A-

» Inicio » Tribuna Libre » EL NOMBRE DE MARRAS: DE SECRETARIOS A LETRADOS

 
EL NOMBRE DE MARRAS: DE SECRETARIOS A LETRADOS
Publicado el 15 junio 2015

Estamos a punto de cambiar de nombre después de más de 150 años, en que se creó el Cuerpo de Secretarios Judiciales. Tenía que decir algo, después de formar parte de la historia judicial, ahora que el proyecto está avanzado y es previsible que se apruebe.


La primera vez que así se nombró fue en la LPOPJ de 1870, ya que se crearon para atender la justicia penal, suprimiendo los llamados relatores y escribanos de cámara. Lo de relatores se suprimió, porque en las nuevas leyes procesales, la función la absorbió la figura del Magistrado Ponente, pues los relatores, cuyo cargo  tenían como misión “relatar “al Tribunal el caso, ya  no cuadraba demasiado con la modernidad que iba a suponer la LECR de 1872, y más tarde de 1881.Y lo de escribano, porque la titulación exigida entonces era la de bachiller, y tenían pocas funciones procesales. Y con el tiempo ya no escribían con la mano, sino con máquinas de escribir más modernas.


Los nuevos Secretarios Judiciales, fueron de alguna manera, y en el momento de su creación  la punta de lanza de un cuerpo moderno, de Licenciados en Derecho, destinado para ejercer sus funciones en  el ámbito de la justicia Penal, y por vez primera, con sueldo pagado por el Estado, pues el sistema arancelario para una justicia como la penal, y dado la clientela, no era muy rentable que digamos. Posteriormente  esta denominación paso también a la jurisdicción civil desapareciendo en 1910 la denominación de escribano. Aquí  en civil la clientela era más rentable, y siguieron los aranceles, pero con la actual denominación.


En aquella época la palabra Secretario para designar un cargo, y a eso voy, no tenía la consideración de hoy en día. En el argot de la administración de la época un cargo con este nombre venía a ser sinónimo de poder, pues había Secretarios en todos los Ministerios de la época y eran considerados en general como personal cualificado. Por ejemplo un cargo importante para la época era el Secretario del Gobierno Civil, o los mismo Secretarios de Ayuntamientos. Además se estableció que el acceso fuera por oposición entre Licenciados en Derecho, y ya desde la ley de 1870,  era posible poder intercambiar según destinos el oficio de Juez, Secretario Judicial o Fiscal. De hecho en la documentación  histórica  de los años y hasta bien entrado el siglo XX, las  secretarias de Audiencias Territoriales estaban a cargo de Secretarios Judiciales que eran jueces en excedencia. A fin de cuentas los aranceles eran importantes. En  los pueblos y capitales de provincias el personal judicial y los Secretarios Judiciales de la época, tenían en general una buena posición social en relación con la mayoría de población de la época. Con la República se realizaron algunos ajustes, pero siguió básicamente igual. Con la guerra civil, la justicia, los jueces, los secretarios y fiscales y el personal judicial, también tuvieron su cuota de víctimas, como se puede ver en diversas publicaciones. Así en el bando republicano lo normal era fusilar al Secretario Judicial o al Notario por ser ricos o asimilaros a las derechas, mientras que en el bando nacional,  lo eran por cuestiones ideológicas, o por fidelidad al legítimo gobierno de la República. Transcurrida la guerra y con el régimen franquista, este procedió a seguir una política estanca con  los cuerpos judiciales, de manera que se acabó la posibilidad de pasar de uno a otro cuerpo. Se creó un modelo de juez y juzgado que ha durado hasta no hace mucho, y, que con el nuevo modelo de Oficina Judicial espero que desaparecerá del todo. Era el juzgado-cortijo, donde al secretario se le dejó con su costas y tasas, y el arancel, y poco más, y además se le pedía que incordiaría lo menos posible, dando fe de todo y nada.


Sin embargo el nombre de Secretario Judicial y más o menos hasta los años sesenta no arrastraba el sentido que se le ha dado últimamente, de confusión total de oficio. La cuestión comenzó a cambiar cuando se abrió, como no podía ser de otra manera, el acceso a la mujer a los cargos judiciales La palabra juez o fiscal, no trajo problemas, se feminizó y todo el mundo lo entendía y era comprensible. La Sra. Juez o al Sra. Fiscal, en el personal, la Oficial o el Oficial, etc. Pero como el nombre de Secretaria Judicial  se confabulaba una nebulosa de difícil cualificación profesional, a lo que añadió la escasa cultura judicial de los medios, por no decir ignorancia en estos temas. Y de este tema anécdotas hay muchas y seguro que muchas compañeras nos las dirían. Sólo falto en los últimos tiempos cierta seria de televisión que todavía confundió más el tema, porque le atribuía un papel de asistente personal a la figura de la “secretaria de la juez”.


Así que comenzó el largo debate en el tiempo y en el espacio digital, sobre qué nombre cabria darnos. Se barajaron algunas denominaciones pero al final la que ha triunfado ha sido la de Letrado/as de la Administración de Justicia, que es una denominación más aséptica, y menos conflictiva y más fácil  de comprender por el gran público. También es la que más juego da a la hora de desplegar el nuevo modelo de Oficina Judicial, más o menos. Opiniones hay y todas respetables. Esta denominación no indica nada especial, solo que se es Letrado/a, que por otra parte ya es bastante, en relación con la situación anterior. Por lo menos suena a título universitario, de cara a la galería ajena al mundo judicial, y al que no es, que es el mayoritario. O sea que en la próxima serie de televisión que salga, será el Letrado/a del Juzgado, que ya por lo menos indicara que tiene el título en Derecho y no sirve cafés a su señoría (eso espero). Ya no será la  “secretaria” o el “secretario del juez”. Hasta periodistas poco duchos en materia de justicia, creo que lo asimilaran mejor (y aun a pesar de la ESO y el sistema educativo de los cuatro suspensos y pasar de clase), en un mundo global, donde cada palabra o expresión tiene mucho significado. El único riego es que no nos confundan con los letrados de parte, pero este es el riesgo, y hasta puede ser divertido, pero no humillante, como ha pasado en más de una confusión. 


Ya pasando al mundo profesional, no creo que sea un gran problema, sólo que ahora al ser todos Letrados en los pleitos, habrá que inventar la abreviatura más acorde al nuevo nombre, porque no me imagino lo de D/Dª Letrado/a d la Administración de Justicia, en las causas. Otro será el consabido cambio de rótulos en despachos y demás dependencias, pero conociendo algunas CCAA y su forma de interpretar los cambios orgánicos, auguro muchos años de despachos con al anterior denominación, y por ende cierta confusión al identificar al ocupante del despacho, porque la palabra letrado/a y secretario/a son conceptos popularmente distintos, y lo justificaran por es un gasto “no previsto” o lo que se inventen, o les  gustaría que fuera según la concepción territorial de cada una.


Y en relación con la nueva Oficina Judicial, pues, habrá que añadir más denominaciones como Letrado/a –director, letrado-jefe, etc ..Pero aquí encaja más, por eso de la modernidad. Lo que espero que a esto no se le añada la moda de poner nombres en plan marketink como Letrado Judicial Manager, o Letrado Coah, o Letrado Judicial de grandes Expresos o de Low Cost, que  a veces hay ocurrencias, muy divertidas, por parte de quien quiere progresar a cuenta de otros, imitando empresas de capital-riesgo similares. Pero seguro que habrá. Ya le sacaremos puntilla cuando salgan, que alguna será divertida..


Lo que si se espera es que desparezca la confusión profesional y la palabra secretaria/o ya indique lo que se entiende comúnmente, esto es persona de confianza, o personal exclusivamente administrativo, con responsabilidades limitadas. Cabe recordar que por ejemplo en Francia en los tribunales las secretarias/o son personal administrativo, que trabajan en el marco de una relación laboral contractual, en el ámbito judicial


Durante el tiempo de cambio, entre la antigua y la nueva denominación, como es normal, se produciría confusión ataques de melancolía, etc.. pero como siempre el tiempo todo lo mata, y el viejo nombre solo será un bonito recuerdo en los libros de historia, y en las orlas de los que ingresaron con este nombre. Como también ha pasado con tantos oficios, judiciales, que se han ido cambiando, y nadie se acuerde del anterior (escribanos, relatores, alguaciles, oficiales, auxiliares, etc.) Por ello bienvenido la nueva denominación, aunque siempre matizare, antes secretario Judicial, que es lo que me bautizaron en esto de la justicia, cuando entre en la comunidad legal.. Y también se agradecería que al nuevo letrado/a de la administración de Justicia, con tantas competencias y nuevas responsabilidades se le pusiera un sueldo más digno y adaptado a las nuevas funciones. No todo va a ser cambiar el traje y de nombre del artista, teniendo ya un papel de protagonista en la película judicial, y cobrar como los extras, dicho con respeto.



Barcelona 11 de junio del 2015


Juan Marcos Estarán Peix


Secretario SAC Social. Juzgado Social 30. Barcelona