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SOBRE LA NUEVA VENTA DE OFICIOS PÚBLICOS
Publicado el 17 marzo 2014

Joan Marc Estaran Peix


Secretario SAC Social de Barcelona


SOBRE LA NUEVA VENTA DE OFICIOS PÚBLICOS


 En estos días  acabo de leer las conclusiones de las jornadas de procuradores de Barcelona, donde nuestra compañera Lourdes Escoda, defendió brillantemente   el papel del Secretario Judicial en la fase de ejecución, frente a las peticiones de los colectivos de procuradores, que reclamaban asumir esta función publica. Además asistimos a un interesado, no interesante debate, sobre la posible transferencia de ciertos servicios públicos de justicia  a manos privadas, con  el pretexto de un mejor servicio.


Esta cuestión, guarda un cierto  paralelismo histórico con las ventas de oficios y empleos públicos, que la monarquía española, utilizo hasta bien entrado el siglo XIX, como forma de recaudar ingresos y otorgar prebendas a amigos y agradecidos, cuando andaba mal de fondos, que era casi siempre, y como ahora también.


Los gobernantes de la época, más conocidos como los validos, vieron siempre el poder como una forma de actuar con ánimo de lucro y en beneficio propio, considerándolo algo normal.¿A que suena esta música?


El ejemplo histórico mas conocido fue el del Duque de Lerma que acabo haciéndose cardenal para no ser ahorcado, cosa que le ocurrió a su socio y amigo Rodrigo Calderón, que no tuvo tanta suerte.


Pues bien estas practicas comerciales con lo público o del común, parece que continúan, pero con otras denominaciones inspiradas en técnicas comerciales de pomposos nombres adaptados de  esta terminología de origen anglosajón  y que les dan un aire de venta de productos comerciales, mas que de un servicio publico. Puro marketing que  llevado a la gestión publica, confunde prestar un servicio publico, con al venta de coches, por poner un ejemplo. Es la estrategia de liquidar oficios y funciones públicos y cambiarlos por sociedades anónimas, y que  no es otra  cosa que volver a conceder regalías, a quien se le ha acabado el ladrillo, o, se han visto desfasados por las nuevas tecnologías de la  comunicación.


Y lo mas triste de esta historia, es que el reino tiene fieles servidores públicos, a los que ha capacitado para desarrollar esta labores, y a toda una administración profesional, pagada por el  erario publico, y que  no es ni tenida en cuenta, se la deja con sueldos cada vez mas ridículos, y con las funciones mas desagradable  y conflictivas, y por supuesto menos rentables.


De esta manera  se crean dos mundos judiciales bien distintos. Los de nuevos concesionarios que ante una justicia rentable podrán obtener sus beneficios y por lo tanto quien la quiera deberá pagarla, y al del resto que estará a cargo de funcionarios públicos, en las llamadas nuevas oficinas judiciales que se encargaran de la justicia no rentable (léase la penal, la social, la del pobre, etc.), es decir, la de bajo coste y obligatoria. Pero  eso si un servicio publico con denominaciones curiosas y pomposas, con lenguajes correctos y no sexistas, con observatorios  de todo tipo, con mil empleos intermedios, pero a la postre barato y para ir tirando. Y en cambio la justicia privada y concedida a esta nueva nobleza, pues de pago y a sacar buenas rentas


Y adiós a eso que la justicia debe ser un servicio público indelegable y privativo del estado. Verlo para creerlo. ¿O es que acaso nadie se acuerda las criticas a la justicia de arancel de los antiguos Secretarios Judiciales? que fue suprimida en aras de la igualdad y la pureza judicial, y ahora vuelve con otro traje. Pues para esto, antes que se lo den a otros, que nos lo devuelvan al cuerpo de Secretarios, que llevamos cinco años con mas competencias, menos sueldo y llevando el peso de la reforma de la Oficina Judicial.


 


Barcelona marzo del 2014


 


fº Joan Marc Estaran Peix